La escuelita de la vida
Todos nosotros estamos viviendo esta experiencia material exactamente para lo mismo que van nuestros hijos al colegio, para aprender y en ese proceso de aprendizaje nos equivocamos, cometemos errores, es la forma en la que precisamente aprendemos.
¿Por qué DIOS permite que cometamos errores, sabiendo que nos van a causar sufrimiento?
DIOS nos entrego todo incluyendo nuestro libre albedrío y haciendo uso de este libre albedrío tomamos decisiones y acciones que en ocasiones traen repercusiones nefastas y DIOS no puede hacer nada pues para intervenir tendría que retirarnos el privilegio del libre albedrío con el que fuimos creados.
Es igual que cuando tus hijos cumplen la mayoría de edad. No puedes tomar decisiones por ellos, no puedes vivir su vida por ellos y no puedes evitar que cometan errores, aun sabiendo que van a sufrir con sus decisiones, que va a traer consecuencias negativas para ellos. Puedes aconsejarles, hablar con ellos pero no puedes evitar que ejerzan su derecho y el poder de decisión sobre sus vidas. Y todos sabemos que nuestros hijos necesitan cometer esos errores, aunque nos duela verles sufrir, puesto que sabemos que de esta forma están aprendiendo y madurando.
No podremos llegar a nuestro puesto de reyes sino aprendemos a ser reyes. Igual que no podemos llegar a ser adultos sin antes haber nacido, haber pasado la infancia y la adolescencia. ¿Y que son todas esas etapas que pasamos en nuestra experiencia material sino un continuo aprendizaje, un continuo crecimiento?
Aun siendo reyes por herencia no podremos llegar a ocupar nuestro puesto en el trono, sino aprendemos y nos preparamos para asumir el cargo. Y es la vida, nuestra experiencia material precisamente la escuela a la que venimos para prepararnos, para aprender a ser reyes.
Los responsables de que vivamos como mendigos siendo reyes somos nosotros mismos. Asumiendo entonces la responsabilidad que nos corresponde debemos de aprender a dejar de ser mendigos para comenzar a ser lo que somos reyes. El miedo nos entorpece la visión de lo verdadero, creando una neblina en nuestra mente y nuestras emociones que nos mantiene viviendo una vida de mendigos, una ilusión. Dejándonos solo imaginar lo que existe al otro lado de la neblina. Ese es precisamente el plan maestro del miedo, no permitir nuestro progreso. Y para conseguir su objetivo nos rodea con su niebla de dudas, de inseguridades, de rechazo, de fracaso.
Es mucho lo que tenemos por aprender y somos afortunados de venir a esta escuelita de la vida a superar todas las asignaturas que nos llevaran a nuestro puesto de reyes. Una de esas asignaturas es precisamente eliminar el miedo de nuestras vidas. Somos nosotros quienes le invitamos a nuestra vida y somos nosotros lo que debemos de quitarle la batuta de nuestra vida para que nuestro YO VERDADERO sea el director de nuestra existencia.
No hay mejor medicina para disipar esta niebla que la conversación con Dios, con nuestro PADRE para comenzar a vivir como seres de luz y de amor.