Tenemos que amarnos a nosotros mismos

20
Nov

Tenemos que amarnos a nosotros mismos

Tenemos que amarnos a nosotros mismos, para poder aprender de nuestros propios errores. Sin embargo no sirve cualquier tipo de amor, solo desde el amor incondicional e infinito de nuestro PADRE podemos aprobar las asignaturas. El amor que nosotros conocemos es el amor condicionado, el amor de mendigo y es el que aplicamos no solo en los demás sino también en nosotros mismos y desde este amor de mendigo no podemos aprender a ser reyes.

 

Nos creamos una serie de expectativas de nosotros mismos y nos queremos en la medida que cumplamos con las expectativas que nosotros mismos nos hemos impuesto. Debemos de terminar la carrera, conseguir un buen trabajo, tener una buena casa, un matrimonio perfecto, unos hijos perfectos, unos amigos que nos acepten y nos adoren y nos queremos en la medida que conseguimos llenar estas expectativas y si no conseguimos terminar la carrera entonces en vez de querernos nos consideramos unos fracasados, y si no tenemos un matrimonio perfecto en vez de querernos nos sentimos inmensamente miserables, y si no tenemos unos hijos perfectos en vez de querernos nos sentimos culpables por haber fallado en su educación.

 

Este tipo de amor condicionado no nos permite aprender de nuestros errores puesto que es un amor que está limitado a la condición y si la condición no se cumple el amor no existe. Es un amor que no entiende sino que castiga inmediatamente cuando se ha fallado en el objetivo, cuando se ha cometido un error. Desde esta perspectiva no somos capaces de ver la enseñanza de la experiencia vivida pues nos limita únicamente al resultado.

 

El amor de nuestro PADRE por el contrario es un amor que existe sin condición alguna. Debemos de aprender del amor de nuestro PADRE, debemos de aprender a querernos sin condiciones, debemos de aprender de este amor que es sabio y que comprende que solo estamos aprendiendo y que parte de nuestro aprendizaje implica que vamos a equivocarnos, a cometer errores y que estas experiencias no tienen otro objetivo más que el de ensenarnos a parecernos cada vez más a nuestro PADRE, ensenarnos a que un día seamos una expresión pura de lo que SO
MOS, seres de luz creados a Imagen y Semejanza de nuestro PADRE.

 

La vida, el periodo de tiempo comprendido en lo que llamamos una vida es en sí una oportunidad toda ella para que aprendamos a llegar a esa libertad, para conocernos a nosotros mismos y no tener que buscar en otros, o en el exterior lo que ya tenemos dentro de nosotros mismos. Para no tener que pretender ser lo que ya SOMOS y siempre hemos sido. Una oportunidad para aprender a expresar el amor, la sabiduría y el poder de DIOS, para re-nacer como lo que somos hijos de nuestro PADRE creados a su Imagen y Semejanza.

 

Leave a Reply